Desde mis inicios en los estudios
de sociología siempre me interesó conocer qué acontecía en otras sociedades que
no fuera la europea, sobre todo los conflictos sociales y en especial donde
había guerras, desgraciadamente no me ha faltado nunca objeto de conocimiento y
estudio.
Hace unos cuantos años ese interés
se ha centrado prioritariamente en la conflictividad en el Oriente Medio: lo he
estudiado y debatido con alumnos y con colegas, he coeditado un libro y una
revista sobre estos asuntos, he investigado in
situ en Libia, impartido alguna conferencia y discutido en redes sociales.
Es decir, he acumulado bastante información, que me ha permitido formarme una
opinión sobre qué es lo que pasa en esta región del planeta; no obstante, al
ser este un conflicto tan complejo, tan enrevesado, me quedo siempre con la
sensación de no entender completamente los por qué.
Con motivo de una conferencia,
que impartí hace unos meses sobre los jóvenes europeos que se incorporaban
a la lucha del Estado Islámico, descubrí un texto escrito en el 2015 por el
periodista Javier Martín: Estado Islámico. Geopolítica del caos
(Catarata, Madrid). Me ha parecido un libro muy clarificador, que nos aporta
muchísimas claves para poder comprender la conflictividad existente en esos
países, en esas sociedades no occidentales.
De su lectura destaco
fundamentalmente un verso del Corán, que cita en sus primeras páginas: “Dejad
que de entre vosotros sobresalgan aquellos que conocen lo que es bueno; que
dicen qué es lo correcto y qué lo diabólico. Ellos serán los que triunfen”
(sura 3 “La familia de Imran”, aleya 104). Considero que aquí está la clave de
todo, a lo largo de la historia de la humanidad siempre han existido unas
minorías que se han otorgado la posesión de la verdad, unas veces por
inspiración divina, otras por creerse superiores, otras por ser votadas por
mayorías o minorías, otras por su fuerza física. Como consecuencia de ello han
intentado o logrado imponer “sus verdades” a los demás. Elites políticas,
religiosas, económicas, belicistas o mafiosas que han manipulado a los seres
humanos en favor de sus propios intereses. Pues bien, aquí sigue pasando lo
mismo.
Lo diferente en estos momentos es
que la globalización mundial hace que haya muchas más elites, muchísimos más
intereses particulares, su entrecruzamiento haga más compleja la interpretación
de lo que sucede y la solución sea más compleja. Mientras tanto, los que
sufren, padecen y mueren son los mismos, los desheredados, los que menos
tienen.
Javier Martín hace un análisis
riguroso, su estancia en esos países en conflicto hace que sus datos sean
bastante fiables, su conocimiento exhaustivo y sus deducciones plausibles. Nos
habla del papel de los estados occidentales en el origen y en el caos en que se
ha convertido su intervención, sobre todo desde la guerra en Irak; de las
dictaduras de Libia, Túnez, Egipto… a las actuales de Arabia Saudí, Emiratos
Árabes Unidos o Siria. A las alianzas internacionales para imponer sus
verdades, como es el caso de Israel o Irán, entre otras. Los intereses de todos
esos países, a través de sus elites, han llevado a la aparición de múltiples
grupos terroristas y a la construcción del Estado Islámico, de lo que escribe
ampliamente. Nos da también una visión actual de qué es lo que pasa en los
países vecinos: Libia, Túnez, Argelia, Mali o Turquía.
Un excelente libro que aclara
muchas cuestiones, pero que a la vez abre las puertas para seguir intentando
comprender el caos existente en esas regiones.
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