La última novela de Leonado Padura: La transparencia del tiempo, es de fácil lectura, pero profunda,
constantemente te hace reflexionar sobre la vida que nos ha tocado vivir y
sufrir, disfrutar y padecer; su principal protagonista, el ex policía Mario
Conde, no deja de pensar, ni un solo momento, ni siquiera cuando se pone de
fiesta con los amigos o se acuesta con Tamara. Se podrían resaltar muchos
aspectos, pero los que más me han llamado la atención son dos: la amistad y el
cansancio histórico.
El transcurso de la vida nos va haciendo más escépticos e
incrédulos ante las grandes cuestiones de la humanidad, de la comunidad o de la
sociedad, hay pocas cosas que se salven de la quema cuando uno llega a la
cuarta edad –como diría Conde-, pero una de las que más se pueden valorar es la
amistad, pero la amistad de ese grupo cercano, de esas pocas personas que
comparten contigo tus sentimientos, que no te juzgan, que te aprecian tal como
eres, con tus virtudes y tus defectos, con los que has pasado muchísimos
avatares. Suelen ser pocos, los estudios dicen que no son más de veinte, que,
por supuesto, no son los “followers” de las redes sociales, esos que algunos
los cuentan en miles. Soy un poco mayor que Madura y Conde, ya he superado los
sesenta hace tres, y siempre he valorado en un altísimo grado el calor de los
amigos, desgraciadamente algunos ya desaparecidos, pero han dejado huella en
mí. Cuando ha habido épocas en que me han faltado no me he encontrado, cuando
los he tenido he vivido con mucha más intensidad.
El concepto de cansancio histórico me ha encantado. Cuando
uno entra en esa cuarta edad ya está cansado de muchas cosas, sobre todo de las
que siempre están volviendo y volviendo, reiterándose constantemente, no
avanzando casi nunca, sino diciendo lo mismo, a veces dando un paso adelante y
dos atrás. Cuestión esta que es más hiriente en los aspectos de repetición
histórica o intento de imponer cosas, que en teoría ya deberían haber sido
superadas, aunque solo fuera por el paso del tiempo. Mi amiga Lola a eso
le llama “aburrición”, pues eso es lo que pasa con ciertos temas, que estamos
ya muy, pero que muy aburridos. Los más mayores estamos aburridos y cansados de tanta
historia repetitiva, insulsa y estúpida. En la sociedad española tenemos unos cuantos ejemplos actualmente, a buen entendedor...
Fue un placer ver y oír a Leonardo Padura en la presentación
de su libro en la Biblioteca regional de Castilla-La Mancha, en Toledo. Si sus
novelas no defraudan, él personalmente tampoco. Cada día me atrae más Cuba y
sus gentes.